
Los gatos: esos engendos que están mucho mejor muertos
- jubilao
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Re: Los gatos: esos engendos que están mucho mejor muertos
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- LunaOskura
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Re: Los gatos: esos engendos que están mucho mejor muertos
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Re: Los gatos: esos engendos que están mucho mejor muertos
Me recuerda al gato de unos primos. Se llamaba Fidi.
Fidi recibió más balazos que El Cuervo. Le acariciabas la cabeza y era un festival de relieves gracias a los perdigonazos ya asimilados por el cuerpo (parecían fusionados con el hueso), aunque él ronroneaba como si todo aquél metal no le doliera, o no le importara por lo menos. También estaba tuerto gracias a un coche que le pasó por encima, y una cicatriz de la hostia en una mejilla producto de alguna de sus múltiples peleas callejeras. Una de las patas traseras había sido reducida gravemente en su tamaño gracias a otro atropello. La parte final de la pata sencillamente murió, se arrugó y terminó por caérsele. Gangrena, supongo. Creo que la cola era lo único que tenía enteramente sano.
En su última aventura nocturna, algún percance sufrió que lo hizo volver con la cara sangrando y con el único ojo funcional absolutamente jodido (era enteramente marrón, ni pupila ni nada, todo marrón). Así las cosas, era ciego, pero se las apañó para volver a casa el cabrón. Quizá por eso, o porque consideraba que ya había consumido unas doce vidas y eran demasiadas incluso para un gato, dejó de comer y sencillamente se tumbó dispuesto a morir.
Mi tío le pegó un palo en la cabeza y lo enterró en el jardín.
Qué buen gato, el Fidi.
Fidi recibió más balazos que El Cuervo. Le acariciabas la cabeza y era un festival de relieves gracias a los perdigonazos ya asimilados por el cuerpo (parecían fusionados con el hueso), aunque él ronroneaba como si todo aquél metal no le doliera, o no le importara por lo menos. También estaba tuerto gracias a un coche que le pasó por encima, y una cicatriz de la hostia en una mejilla producto de alguna de sus múltiples peleas callejeras. Una de las patas traseras había sido reducida gravemente en su tamaño gracias a otro atropello. La parte final de la pata sencillamente murió, se arrugó y terminó por caérsele. Gangrena, supongo. Creo que la cola era lo único que tenía enteramente sano.
En su última aventura nocturna, algún percance sufrió que lo hizo volver con la cara sangrando y con el único ojo funcional absolutamente jodido (era enteramente marrón, ni pupila ni nada, todo marrón). Así las cosas, era ciego, pero se las apañó para volver a casa el cabrón. Quizá por eso, o porque consideraba que ya había consumido unas doce vidas y eran demasiadas incluso para un gato, dejó de comer y sencillamente se tumbó dispuesto a morir.
Mi tío le pegó un palo en la cabeza y lo enterró en el jardín.
Qué buen gato, el Fidi.
- The last samurai
- Ulema
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Re: Los gatos: esos engendos que están mucho mejor muertos
mayhem escribió:Me recuerda al gato de unos primos. Se llamaba Fidi.
Fidi recibió más balazos que El Cuervo. Le acariciabas la cabeza y era un festival de relieves gracias a los perdigonazos ya asimilados por el cuerpo (parecían fusionados con el hueso), aunque él ronroneaba como si todo aquél metal no le doliera, o no le importara por lo menos. También estaba tuerto gracias a un coche que le pasó por encima, y una cicatriz de la hostia en una mejilla producto de alguna de sus múltiples peleas callejeras. Una de las patas traseras había sido reducida gravemente en su tamaño gracias a otro atropello. La parte final de la pata sencillamente murió, se arrugó y terminó por caérsele. Gangrena, supongo. Creo que la cola era lo único que tenía enteramente sano.
En su última aventura nocturna, algún percance sufrió que lo hizo volver con la cara sangrando y con el único ojo funcional absolutamente jodido (era enteramente marrón, ni pupila ni nada, todo marrón). Así las cosas, era ciego, pero se las apañó para volver a casa el cabrón. Quizá por eso, o porque consideraba que ya había consumido unas doce vidas y eran demasiadas incluso para un gato, dejó de comer y sencillamente se tumbó dispuesto a morir.
Mi tío le pegó un palo en la cabeza y lo enterró en el jardín.
Qué buen gato, el Fidi.
Tremenda istoria.
Son unos putos supervivientes, estos bichos.