Straika escribió:Yo he tenido amigos imaginarios que llevaban rastas, uno de ellos curraba friendo pescado en un chiringo conileño.
Recuerdo ese día apoteósico de dormir en el coche, cuando esas rastas olían a una mezcla inconfundible de fritanga pescatil, putrefacción veraniega y otras cosas que no se definir.
Eso, sumado al pestazo que exudaban sus pies y sus sobacos...
En fin, yo estaba en el coche (mi coche, encima), y tuve que salirme a potar.
Aún me dan arcadas cuando lo recuerdo.
O sea, que aparte del pestazo natural que tienen las rastas, hay que sumarle que absorben todo tipo de olores abrasivos.
PUEG!
Como mi amorosa ahijada (lo de ahijada es porque nunca te has dejado meter mano, sino de qué) te daré un consejo producto de las cicatrices y avatares de la existencia. Y conste que esto te lo dice uno de los tipos más educados y circunspectos que te puedes echar a la cara:
La próxima vez que alguien, por muy hamigo imaginario, primo imaginario, ligue imaginario o lo que sea imaginario, entre en tu coche y huela mal, le tiras a la puta calle sin más explicaciones y que pida un taxi, que duerma en un banco o que se busque la vida.
Sé que suena brusco, y sí, se ofenderán mucho... pero te sorprendería lo poco que le dura a la gente el sentirse ofendida una vez has traspasado el umbral que pensabas no se podía traspasar. La educación está para quien se la merece, y quien lo se la merece, sorprendente, te termina poniendo buena cara otra vez mucho antes de lo que creías.
Y si lleva rastas... créeme, NADIE que lleve rastas se merece educación alguna. Es como los tipos que llevan camisetas sin mangas: ¿merecen mi consideración y respeto como ciudadanos? No fuckin' way!