"Drown in my own tears", de Ray Charles, es una de mis canciones favoritas. Es emotiva hasta el paroxismo (el título, "Me ahogo en mis propias lágrimas", lo dice todo). Se han hecho muchas (pero muchas) versiones. Mi favorita es probablemente la que grabó Johnny Winter en su primer disco (¡¡colosal!!). También puse por aquí la increíble versión instrumental de Jeff Beck, que no importa las veces que la vea, siempre me deja boquiabierto.
Es una canción muy dramática, pero para cantarla no sirve cargar las tintas en su faceta lacrimógena ni mucho menos sobreactuar. "Drown in my own tears" está realmente al alcance de muy poca gente, porque resulta muy fácil cargársela. Una buena voz o saber afinar no son suficientes.
Por eso me ha gustado mucho esta interpretación de la hipnótica Norah Jones: la canta con sencillez y pulcritud, sin intentar forzar la nota dramática. Yo hubiese pensado que la canción podría con ella (no le veía el registro), pero la verdad es que se la lleva a su terreno y lo hace con mucha elegancia.
Además, qué coño, la nena es sexy.
Norah Jones, "Drown in my own tears"Tócala otra vez, Norah.