Revolviendo las heridas... o no
Publicado: 27 Mar 2006 17:02
[url=http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-64791-2006-03-27.html]Cuidado
por Eduardo Aliverti[/url]
Quizás no les importe demasiado en España si el Proceso de Reorganización Nacional sigue vivo o no, pero ya alguno que otro se habrá dado cuenta de que, tanto de un lado como del otro del Atlántico, si hay gente que sigue empeñada en recordar y demandar justicia no es por revanchismo sino porque hay situaciones, leyes, correlaciones de fuerzas, que fueron impuestas por la fuerza y el horror, y permanecen cuando no deberían haber sido nunca.
Nunca más.
por Eduardo Aliverti[/url]
Hay algunos aspectos de lo vivo y lo muerto del golpe en que una mayoría de los recordatorios no repararon o no quisieron reparar. Varios de ellos ya supieron ser señalados en ésta y otras columnas, en otros aniversarios de la instauración formal del terrorismo de Estado.
En el registro de que no hay una clase dirigente de edad intermedia con cojones y eficiencia patrióticos, porque desaparecieron y asesinaron a los mejores cuadros técnicos y militantes, el golpe está vivo. En cada dólar de la deuda, cuyo crecimiento geométrico nació con la dictadura y que sigue condicionando a, por lo menos, la próxima generación de argentinos, el golpe está vivo. En el atraso científico y tecnológico de la Argentina, porque una enorme porción de sus hombres más brillantes no tuvo otra ruta que un exilio del que la mayoría no volvió, el golpe está vivo. En esos amplios sectores de la clase media, que después de fantasear con las divisas baratas y los viajes al exterior del cuarto de hora milico volvieron a hacerlo con el amanuense milico Domingo Cavallo, y que ahora insisten con querer salvarse solos sin desarrapados que les corten el tránsito, el golpe está vivo. En los periodistas y en los grandes medios de comunicación apologistas del golpe, intelectuales del golpe, escribas del golpe, y capaces de no ensayar ni tan sólo un atisbo de arrepentimiento, jamás, el golpe está vivo. En las cúpulas eclesiásticas que bendijeron las armas y las torturas y las descargas de 220 voltios en las vaginas de las embarazadas, tan preocupados los monseñores y su séquito de miserables por el derecho a la vida, el golpe está vivo. En los votos a Rico y a Patti; en los votos a los candidatos empresarios que vieron crecer sus empresas en la dictadura, gracias al exterminio de las luchas sindicales y a los negocios con los asesinos, el golpe está vivo. En la explotación agropecuaria concentrada en unas pocas y monumentales manos, el golpe está vivo. En la desprotección gremial, en el trabajo precario, en la desarticulación del tejido social, obras todas paridas por los monstruos de 1976, el golpe está vivo. En las leyes que persisten desde aquel entonces, el golpe está vivo. En un sistema tributario tan regresivo como pocos en el mundo, intocado y sin visos de modificación, el golpe está vivo. En cada oprimido que reproduce el discurso del opresor, el golpe está vivo.
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Quizás no les importe demasiado en España si el Proceso de Reorganización Nacional sigue vivo o no, pero ya alguno que otro se habrá dado cuenta de que, tanto de un lado como del otro del Atlántico, si hay gente que sigue empeñada en recordar y demandar justicia no es por revanchismo sino porque hay situaciones, leyes, correlaciones de fuerzas, que fueron impuestas por la fuerza y el horror, y permanecen cuando no deberían haber sido nunca.
Nunca más.