La batalla de Alalie (540 AC)

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curreta
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La batalla de Alalie (540 AC)

Mensaje por curreta »

INTRODUCCIÓN

Durante largos años de lucha, la ciudad natal de los focenses fue asediada interrumpidamente por las tropas persas. Aquellos resistían coligándose con otras ciudades griegas, y consiguieron dejar en tablas la contienda hasta aproximadamente el 550 AC.
El rey persa Ciro, preparo durante varios meses un gran tren de asedio y hacia el 548 AC cerro la tenaza por tierra y mar, liderando sus fuerzas el visir Harpagos.
Desesperados, los focenses enviaron emisarios a todos los lugares conocidos del mediterráneo para pedir ayuda.
Uno de los pocos soberanos que les escucho fue Arganthonios, rey de Tartessos, quien les presto oro para reconstruir sus murallas y envió un pequeño cuerpo expedicionario para reforzar a los focenses.
La ayuda Tartessia consiguió romper el bloqueo marítimo, pero no así el terrestre, y en la ciudad se notaba la escasez y la desesperación en las cada vez mas frecuentes huidas de familias a otras ciudades egeas.
Al cabo de 5 años la ciudad capitulo, habiendo previamente abandonado la ciudad una gran flota focense, que recalo en la actual isla de Córcega donde habían fundado la ciudad de Alalie alrededor de 560 AC.


LA BATALLA
Situados en una isla pobre de recursos, sin apenas mercancías con las que comerciar y mirados con desconfianza y desprecio por sus vecinos etruscos, los focenses se lanzaron a la piratería como medio de subsistencia, basándose en la mayor pericia naval y mejor diseño de sus naves.
Sus presas fueron casi exclusivamente las valiosas y recargadas naves mercantes etruscas y cartaginesas, quienes sufrieron graves perdidas en su comercio, a la par que Alalie florecía.
Ello llevo a una alianza contra natura de etruscos y cartagineses, que cristalizo en la formación de una flota conjunta de 120 naves, con la que se pretendía expulsar a los focenses de Alalie.
Los focenses por su parte, solo pudieron reunir unas 60 naves, reclutando para ello a la mayor parte de la población masculina en disposición de luchar.

La flota coaligada se presento frente a la ciudad formando una media luna, con sus naves mas poderosas en el centro y las mas rápidas en las alas, siguiendo un despliegue similar al de un combate terrestre.
Los focenses salieron de puerto siguiendo la línea de la costa aprovechando la brisa matinal de tierra a mar y consiguieron escabullirse la trampa etrusco-cartaginesa para combatir en mar abierto. La aproximación debió ser algo épico, en medio de una lluvia incesante de flechas incendiarias disparadas desde 180 naves.
Los focenses consiguieron la iniciativa en la percusión, impactando contra el flanco de la flota enemiga y allí la batalla se transformo en melé.
Se sucedieron los abordajes en un mar completamente en calma, combates a vida o muerte, pues los focenses sabían que de producirse la derrota, los enemigos arrasarían Alalie.
Herodoto, única fuente de la batalla, es benevolente con sus compatriotas al narrar la batalla, pero ésta se decanto con una derrota para los griegos, a pesar de las graves perdidas que inflingieron en etruscos y cartagineses.
En aquel día, los focenses perdieron 40 naves, quedando las otras 20 maltrechas y sin espolones.
Los coaligados perdieron cerca de 80 naves, debiendo retirarse sin completar la destrucción de la ciudad, lo que permitió a los habitantes de la ciudad huir llevándose sus enseres, primero a Rhegion (actual Regio en calarbria) y luego a Poseidonia (la Paestum romana) al sur de Nápoles.


CONCLUSIÓN
Según los historiadores de este periodo, la batalla de Alalie fue crucial en dos sentidos, en primer lugar frenó la expansión griega en el mediterráneo occidental, impidiendo su Helenización, y en segundo lugar, posibilitando el surgimiento de Cartago como potencia marítima.

ACTUALIDAD
La ciudad de Alalie puede visitarse hoy día , aunque su actual nombre es Aleria, en la costa oriental de Córcega. Se encuentra a orillas del río Tevignano (antiguamente Rhotanus) y desde sus colinas escarpadas se tiene una vista magnifica del mar Tirreno.
A la vuelta pasé por al lado de la tuya casa, saqué la cabesa desde mi hauto y grité: CHURETICAS!

una bandada de gabiotar alzó el vuelo, el sol iba sumerjiendose entre las montañias y solo me contestó el eco de mi propia vos...

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