pH, más que hamor, frensi.

Gracias a las revueltas fraticidas del pepele esta será la segunda legislatura que ZP afronta sin oposición, y si la primera comezó al menos con algunos gestos de cierto valor la segunda empieza con patochadas de cara a la galeria como los ministerios de igualdad o el propósito de invertir en investigación para potenciar la economía maltrecha por el descalabro inmobiliario.

A buenas horas mangas verdes que se dice: hamigo ZP cuando había que invertir en I+D+I era cuando la economía iba cucamare gracias al pelotazo urbanístico, ahora con los recortes presupuestarios no se cree ni el tato que este país vaya a sustituir el modelo ladrillero por un modelo tecnológico para seguir creciendo por encima de la media europea.

Y lo de la mojama andante con el polígamo de Niger me indigna tanto que no quiero ni hablar del tema.

En definitiva: Otros cuatro años de mediocridad y dando gracias porque la alternativa podría ser aún peor. Quizá si Bocachocho se sale con la suya, aunque parece poco probable, en un par de años haya una oposición un poco seria para que la cosa pueda remontar.

La concentración de partidos en España, hasta la existencia de un bipartidosmo de hecho, es una situación que no tiene similitud en Europa.

Así, y veremos que pasa en las siguientes elecciones, hay en el horizonte novedades que pueden resultar interesantes:

a) El partido de Rosa Diez, que puede quitarle votos al PSOE.
b) La escisión del PP en dos partidos ( uno más centrista y otro más de derechas).
c) Que vuelva Julio Anguita y recomponga Izquierda Unida.

Eso puede hacer que los partidos clásicos tengan que ponerse las pilas.

No, el partido de Rosa Diez puede quitar votos tanto a la derecha como a la izquierda, pero muchos más a la derecha. Conozco bastante gente del Partido Popular, votantes, que ven con muy buenos ojos el partido de esta señora, y a mí personalmente no me cae mal pero mi voto no va a cambiar de color por lo que pueda soltar esta mujer, creo que es un voto inútil y que resta más que suma para derrocar al PSOE del gobierno.

En referencia a la escisión del PP y la creación de dos partidos (alguno de ellos conservaría las siglas, supongo) uno más liberal y otro más conservador sería un suicidio de la derecha en este país, hay menos votantes y repartir los votos sólo beneficiaría al PSOE, vamos, es una situación que supongo que a cualquier sociata le encantaría.

Y la vuelta de Anguita la veo imposible desde su paso por la Noria de Telecinco.

PPOGT escribió:En referencia a la escisión del PP y la creación de dos partidos (alguno de ellos conservaría las siglas, supongo) uno más liberal y otro más conservador sería un suicidio de la derecha en este país, hay menos votantes y repartir los votos sólo beneficiaría al PSOE, vamos, es una situación que supongo que a cualquier sociata le encantaría.

Parece razonable, pero es discutible. Generalizando con los grandes, el PP es el único partido de la derecha que no está en el poder en Europa. Salvando las distancias y siendo un poco objetivos, lo que le diferencia de esos partidos no es tanto un líder carismático como un discurso claro, directo y electoralmente inteligible como verdadera alternativa de gobierno; o sea, sumarse al europeísmo liberal y moderno y ¿centrista? con el que tanto se llenan la boca desde sus dirigentes hasta sus referentes (Merkel, Sarcozy).

¿Y qué pasa? Pues que el PP ya puede conventirse en la derecha más moderna y europea del continente, que aún así seguirá sin calar en el electorado, especialmente entre el más joven, porque vivimos en tiempos donde el márketing ha sustituido al discurso -también a las ideas- y donde la imagen es primordial. Al PP, vaya, le falla la imagen, y con imagen me refiero a la sensación colectiva de que es una casa de putas que abarca desde la extrema derecha hasta las sorayas y los gallardones, y que es más un contenedor de votos 'social', en plan la derecha aquí, por favor, para que gobierne el tonto de turno que haya sido menos tonto -allí nunca hacen elecciones primarias, serán las costumbres-, que una alternativa política seria, y moderna y todas esas clicheteces baratas que tanto calan entre la gente boba.

¿La solución? Un partido de extrema derecha. Un Le Pen, vamos. Ese alguien a la derecha de AP/PP que llevamos toda la democracia diciendo que no existe.

(Lo que acabo de escribir ni yo me lo acabo de creer del todo, pero es que en realidad me importa todo bien poco y tengo mucha hambre y la pizza tarda un huevo.)

PrimeroDerecha escribió:La concentración de partidos en España, hasta la existencia de un bipartidosmo de hecho, es una situación que no tiene similitud en Europa.

Hombre, por no rascarme más las mollejas pensando, diría que el caso más obvio de bipartidismo europeo se da en el Reino Unido.

En un estado federal (no se lo digáis a nadie ni que os lo dije yo, pero un secreto: vivimos en un estado federal) es imposible no tener representación folclórica y/o nacionalista por ahí metida. Es, incluso, eugenésico. Eso ya impide hablar de bipartidismo, ni de hecho ni de derecho.

Si hablamos de partidos con opciones de gobernar, la cuestión es tanto histórica como coyuntural. En el caso del PSOE podemos decir que es histórica, los progres venidos a menos siempre tendrán allí su casa.
Pero en el caso del PP, tener bajo cuerda a sectores tan heterogeneos es sólo coyuntural, como lo fue UCD. Así pues, toca refundación y juego de las sillas que la música hace tiempo comenzó a sonar.

Yo he pensado lo mismo Jorge, sobre el bipartidismo, pero supongo que querrá decir que de un montón de partidos y de un reparto de votos más plural se ha pasado a casi un bipartidismo como el británico.

Y en cuanto a Sixto, ya puedes discutir lo que quieras pero si se dividen las fuerzas siempre se pierde.

Ya, pero es que yo niego la mayor: no estamos en un país bipartidista. Que gracias a los "otros partidos" y sus apoyos puntuales o estratégicos, la estabilidad de un gobierno en minoría acaba dependiendo en un alto porcentaje de esas alianzas. ¿Puede haber acaso mayor poder?

Ojo, que yo estoy contigo, que el bipartidismo al estilo USA o británico no existe aquí ni existirá gracias a los partidos nacionalistas, al menos si no cambian la ley electoral, que hacen de bisagra continua y son los que realmente sacan tajada de todo esto.

Pero lo que si está claro que si España fuera un estado nación y no el Estado de las autonomías y las autonomías históricas si que sería (o se estaría acercando) un país bipartidista y más teniendo en cuenta la futura desaparición de los patanes de los comunistas.

Igualmente opino que es sano para nuestra democracia que haya partidos bisagras que hagan oxigenarse a las administraciones de gobierno.

Yo apostaría por Rajoy. Si la jugada le sale bien va a ganar muchos más votantes de los que va a perder. Los que dejarían de votar al PP son los más radicales, que son precisamente los que más fácilmente se ven heridos y los que más ruido hacen. Un PP moderado como el de la campaña electoral de la primera legislatura de Aznar le reportaría miles y miles de votos que van a ZP porque lo ven como el mal menor de los dos grandes partidos estatales.

Si consigue resistir las envestidas encubiertas de Aguirre & Co., yo digo que se sale con la suya. Y al menos, como parlamentario, el puto Rajoy le da 50 mil vueltas al subnormal profundo de ZP. Que da mucha vergüenza tener un presidente tan completamente estúpido, joder.

Y en cuanto a Sixto, ya puedes discutir lo que quieras pero si se dividen las fuerzas siempre se pierde.

No si hablamos de la derecha esa que tanto idealizan los mercados, la moderna y plural, etcétera, etcétera; o sea, la que siendo la misma mona de siempre se vista con otros conjuntitos para robar electorado al soe.

Eso se conseguiría centrando el debate político en temas de estado, quicir que España vaya mejor con menos paro y más vivienda y más dineros (y menos negros).

Sólo que hablando en suave y vendiéndose como un partido moderno, todo lo contrario de lo que aparenta ser el pepé hoy.

Porque es eso, joder: cuestión de apariencias.

Es lo que vende, es lo que cala. Nadie está diciendo que la derecha deje de ser derecha; sólo que se asemeje más al modelo europeo tan publicitario y en boga o, para entendernos, a la alternativa popular que ganó las elecciones en el 96.

Ayer el pepé no parecía eso: parecía una cuadrilla de nazis cutres y resentidos amparados por dos veletas mediáticos que les escribían el discurso.

Y hoy el pepé, qué cosas, sigue sin parecer eso: parece la casa de putas que eran AP y UCD juntas cuando se fundó el partido y al soe le daba la risa tonta entre mayorías absolutas y legislaturas chupadas.