
Babylon:
Creo que al distinguir dos patrones de conducta en A (genético) y B (racional) estás obviando muchos que se quedan, digamos, a medias entre los dos.
Yo entiendo racional como derivado de la razon, y ésta como esa notable característica humana para elaborar y manipular pensamientos y conceptos abstractos. Mientras que genético es aquello estipulado por los genes, es decir que no se puede cambiar desde el momento de la concepción.
Una de las características más notables del ser humano (y de muchos otros animales, especialmente los chimpancés) es que parte de su gestación tiene lugar después del nacimiento. Durante la infancia, el hombre aprende y adquiere multitud de conocimientos (que podemos llamar "C") que no caen en ninguno de los dos patrones citados, pues aún no es racional (no ha aprendido a pensar de forma abstracta) y tampoco es genético (pues éste es inmutable). Un ejemplo muy claro es el lenguaje (conocimiento para el que estamos perfectamente adaptados geneticamente, pero que no nos es posible adquirir si no se nos enseña).
Estos conocimientos, destinados a cubrir necesidades del individuo, son a veces difíciles de explicar desde un punto de vista racional. Esto, creo yo, se debe a un proceso de escalado de la supervivencia.
Me explico (y aprovecho para meter algunas ideas)
Está claro que el lenguaje y la interiorización de muchas reglas sociales son imprescindibles para que el individuo pueda sobrevivir dentro de una determinada sociedad (aquella en la que nace). Pero llega un momento que quizás no hablemos de supervivencia del individuo frente dentro de la sociedad, sino de la sociedad dentro del mundo. Es decir, pasamos de competencia entre individuos a competencia entre sociedades (compuestas de individuos).
Cojamos el ejemplo más claro, que es el respeto por la vida humana. Una sociedad agrícola X precisará de individuos pacíficos y dispuestos a colaborar unos con otros tanto en epocas de prosperidad como de sequía. Por tanto tratará de inducirles un profundo respeto por la vida. Por otra parte, una sociedad cazadora y canibal Y precisará de individuos belicosos y agresivos, dispuestos a matar y robar a otros pueblos. En esta, se inducirán otro tipo de ideas (como la de deshumanizar a todos los humanos ajenos). X premia a sus individuos en epocas de prosperidad, "conectando" bien con la predisposición humana hacia el amor y la colaboración. Y premia a sus individuos en epocas de caza, espoleando y satisfaciendo su ansia de poder e impulso de lucha para sobrevivir. La contrapartida está en que los habitantes de X se ven reprimidos cuando hay epocas de hambre (y se les obliga a reprimir el impulso de competir y comer a expensas del projimo) y los de Y cuando se ven obligados a cooperar entre sí o aprender algo de otra sociedad.
Mientras los individuos tienen su particular lucha por la supervivencia dentro de cada una de las sociedades X e Y, en otro plano tendría lugar la lucha de sociedades, que quizás nunca llegue a producirse (porque no haya contacto o los recursos naturales les sobren a ambas).
Como elementos dentro de su propio plano, sociedad e individuo se enfrentan a sus particulares odiseas de conflictos y adaptación al medio. La sociedad Y se beneficia de una dieta más eficiente basada en proteinas y la ausencia de predadores, mientras que X tiene a su favor el número de individuos (es de esperar que sea mayor) y el no depender de la existencia de otras sociedades-presa.
¿qué tiene que ver todo esto con el tema? (paciencia, al final se explicará todo)
Bien, podemos arriesgarnos y plantear (simplemente para manejar mejor los conceptos) el conjunto de conocimientos "C" como algo así como el "codigo genético" de la sociedad. Es decir la base en la que crece y se desarrolla una sociedad. Con una importante diferencia (como digo, es un planteamiento unicamente para entendernos), y es que el codigo genético es inmutable y esta base no, aunque sus cambios son extremadamente costosos y lentos (pues una vez interiorizadas las reglas sociales, a un individuo le es dificil o imposible cambiarlas o reprimirlas).
Llegados a este punto, parece tentador escalar del todo y centrarse en el plano de sociedades, buscando la "sociedad ideal" perfectamente adaptada y capaz de superar a toda su competencia. Después de todo, al individuo le es imposible vivir fuera de una sociedad asi que, que esta sea lo más competente posible.
Pero no. Porque no podemos olvidarnos de nuestro papel aquí: el de individuos.
Por tanto la "supervivencia de la sociedad" (entendiendo esta como un ente holístico, con identidad más allá de la suma de sus miembros) no tiene que importarnos más que una manera superficial. Debe ser capaz de sobrevivir, sí, pero su principal función no es esa: sino estar al servicio de sus individuos. Es decir nosotros.
La sociedad, como ente, se ve condicionada por las necesidades de sus componentes (nosotros). El individuo, del mismo modo, se ve condicionado por sus propias necesidades internas. Tanto básicas (alimento, agua... etc) como inducidas por la propia sociedad en la que viven (compañía, status social, espiritualidad... etc).
Buscamos, por tanto, el punto adecuado entre supervivencia individual dentro de una superviencia social (de la sociedad), teniendo en cuenta que lo principal es satisfacer al individuo.
Es ahora cuando podemos tratar de ver (no ya de explicar) que papel juega el "humanismo ateo de izquierdas" en todo esto, desde un punto de vista de supervivencia. Ya que no podemos explicar las necesidades humanas, al menos veamos sus posibles ventajas.
Un humanista que quisiera prescindir de dios a la hora de explicar su ideología podría empezar con la constatación personal de reconocer al resto del género humano como sus iguales. Del mismo modo que una persona aprende a querer de un modo visceral (el amor también es un mecanismo de adaptación y supervivencia) a sus hermanos y amigos a base de convivir y empatizar, también puede llegar a querer de un modo intelectual al resto del género humano, pese a la falta de contacto "real".
Esta novedosa idea de una comunidad mundial es recogida en su origen, como no, por el cristianismo (todos somos por igual hijos de dios, por tanto todos somos hermanos). Pese a matizarse después para justificar cosas como la guerra santa, la sacralizada mentalidad de entonces sí encontraba necesario algo como una autoridad divina para justificar dicha unión, pues no es dificil sentirse identificado con personas que conoces, con las que convives y festejas habitualmente pero empatizar con alguien que no habla tu idioma y vive a cientos de miles de kilometros es dificil.
Ahora, no obstante, nos dirigimos a un mundo cada vez más global. Ya vivimos una unión casi total en terminos de comunicación (sabemos lo que pasa en todo el planeta), compartimos (con grandes desigualdades) los mismos recursos y los organismos internacionales cobran cada vez más peso. Sin entrar a lamentar o celebrar este hecho, simplemente constatar que es igual de inevitable que el desarrollo tecnológico: una vez echado a andar no se puede volver atrás.
Durante todos los años que nos separan de la concepción del cristianismo original vemos como pese a perder el argumento divino de "un dios, un padre", hemos ganado otros tales como la certeza de descender del mismo arbol genealógico, de estar compuestos de los mismos organos y de poseer un cerebro semejante, de residir en el mismo recondito planeta dentro de un enorme universo. Todos soñamos, deseamos, sentimos hambre y sed (y disfrutamos satisfaciendolas)... etc. No es tan dificil aventurar que lo que nos causa placer y dolor puede causarlo a otros, ni tampoco que si nos sentimos dueños de nuestra propia vida (y nuestras propias decisiones), otros lo son de la suya.
Supongo que esto es lo unico que hace falta para prescindir de la base divina cristiana. El resto puede estar sujeto a distintas interpretaciones, a una determinada tradición (a menudo por simple precaución) o diversas manipulaciones de todo tipo... pero eso también ha ocurrido con la religión y lo importante es que todo emana de la misma idea.