Bueno, ha sido anunciar públicamente servidor que es un adicto a la sección La cuarta página de El país para que ésta se vaya a tomar por culo. Ya nada queda de esos artículos tan bien documentados y escritos sobre, vete tú a saber, la repercusión ecológica de la implantación de una fábrica de Cocacola en una región pobre de Indonesia, o sobre los pseudosindicatos chinos. De un tiempo para acá esa página del diario es una mesa de ping pong sobre la que debatir el tema de la independencia de Cataluña.
Empezó el artículo que colgué del tal Bilbao que luego se llamaba Ridao haciendo un pobre retrato del tema, con un título cogido por los pelos como
Gigantomaquia nacional, un artículo mal escrito, repetitivo y con unas imágenes que no funcionaban, un artículo en contra de la independencia.
Luego
le dieron voz a Joan Culla, profesor de historia de la UAB, que aprovechó la oportunidad para defender tímidamente la propuesta de independencia como legítima dentro de un artículo en el que llama al sentido común aprovechando para tirar un poquito de mierda sobre Madrid, que siempre adorna. El título era bien bonito, sí:
Más alla del ruido y la furia. Precioso.
Ahora le dan la pelota a Manuel Cruz, que titula con un contundente
Independencia: ¿para qué, exactamente?, un artículo un poco extraño en el que meczcla declaraciones de Pujol interpretadas como si fuera el mesías, un análisis de algo tan abstracto como el nacionalismo con la exigencia (legítima en todo caso) de algo tan tangible como una hoja de ruta acerca de qué hacer una vez conseguida la independencia, todo escrito en un tono bastante parcial e incluyendo un chiste (como contraposición a otro, dice, pero...) en el que un orondo catalán burgués con puro y chistera monta a hombros de un escuálido jornalero andaluz mientras le dice "la culpa de todo la tiene Madrit". Es difícil adivinar la intención de este artículo a menos que sea el desprestigiar, y soltarle un sopapo al Culla por su artículo anterior, de paso. Los piques UB - UAB siempre se dejan ver.
En fin, que aquí me veo, temiendo que dentro de dos días me encuentre la cuarta página mancillada por un artículo procatalanista, y echando de menos aquellos artículos maravillosos escritos por personas que realmente sabían de lo que estaban hablando, de hechos históricos, o de desgracias personales, o de cualquier cosa que merecía la pena ser leída.
No como esta retahila de basura que nos están sirviendo ahora.