El Rey pescadilla
Publicado: 27 Sep 2003 10:46
Anoche, por cortesia de Canalstar: El Rey pescador.
Director: Terry Gilliam
Duración: ¿Que mas da?
Año: Buf, no me fijé en el director..
Reparto (de juguetes): Jeff Bridges y Robin Williams. Y dos más.
Jeff Bridges es un locutor de radio revolucionario, se adelantó a su tiempo al menos diez años, porque ya el llevaba el look Pocholo Martinez Bordiú, el tipo era un borde, todo el que no llamaba para lamerle las pelotas se llevaba una carga dialectica brutal, hasta que un loco de la radio le llama y el tipo le ridiculiza, claro, el hombre que ya estaba loco de antes, le dan el ingrediente que le faltaba para entrar en una cafetería con una recortada y montar una escabechina, cuando Pocholo se entera, se le caen los mocos y deja la radio, para irse a vivir de ladilla con su novia que tiene un videoclú algo cutre, la novia es una hispana medio jamona -aunque la actriz es una americana hasta las orejas de rayos uva- que se pasea toda la pelicula enseñando unos escotes de infarto y le aguanta las chulerías a Bridges con una estoicidad que para sí la quisiera San Job -Aquel al que dios le hizo perrerías por echar el rato con el demonio- en fin, que el hombre vive algo deprimido y agresivo.
El torero Bidges, se corta su larga melena y ahora trata de emular a David Beckham -lo dicho, el director de peluquería, un revolucionario- y se pira de su casa para pillarse una borrachera de infarto, como el hombre es muy tenaz, lo consigue. En esas está el pobre con un ciego tremendo, sólo por las calles de Niu Yor y decide darse un bañito en el rio Hudson, pero como está pedal, en lugar de ponerse dos calabazas, se ata a los pies unos ladrillos de esos huecos de hormigón -que para el caso..- pero en ese momento, que tú esperas que venga alguien a salvarle -¿Por que no se suicida nadie nunca?- vienen los dos matapobres del día de la bestia en un Jeep, el muy tontopollas, que se supone que quiere adelantar su cita con la muerte, en lugar de saltar rapido se va para ellos a pedir clemencia, pero se ve que los chaveas son durillos de oido y empiezan a majarlo para hacer ali oli con el. En ese momento aparece Parry, no, no el del forito, otro que está aun peor de la cabeza y se cree que es Amadís de Gaula y se tira pa ellos vestido de harapiento y con su ejercito -cinco- de harapientos consiguen hacer retroceder a las fuerzas invasoras.
Todos los vagabundos están colgadisimos, se llevan a Jeff y hacen una fiesta al estilo de Asterix con unas escenas de ciego que parecían del maestro Oliver Stone.
Parry -Robin Williams- se lo lleva a su zulo, donde el muy colgado tiene un santuario hecho con basura, idolatra un par de libros, The Holy Bible y The Holy Grial, -a saber lo que quiere decir en español- el tipo le dice que él es el elegido -¿Es o no es revolucionaria?- que los enanitos rollizos flotantes se lo han dicho, Jeff, que ya está más sereno le dice -Claaaaro- e intenta pirarse, pero el gachó que es muy animoso no para de entretenerle, el tipo flipa y se pira como puede.
Ya en la puerta, se encuentra con un hombre calvo, -si, y negro, tenía que decirlo- que le dice que no le permite las visitas a Parry, que eso no es ningún refugio de vagabundos. Jeff Bridges le pregunta por el loco, y el tipo....el negro, le cuenta que era un tipo listo que enseñaba en la universidad y que un loco entró un día en una cafetería y se cargó a su mujé, se quedó catatuetanico una año y un día se levantó diciendo que veía enanitos rollizos flotantes -Ahí los dos ponen cara de: Claaaaro- entonces a Jeff se la cae un pestiño como la Alhambra al darse cuenta que por avatares del destino se ha ido a reunir en una noche de borrachera con una de las victimas del tiroteo, que el con sus fanfarronas palabras había provocado. -¿No tenemos un emoticon de OH?-
El elegido vuelve a casa, con la consiguiente bronca de su señora por venir a esas horas y de esa guisa, pero el que es todo un macho, se pasa sus quejas por el forro de los cojones. Él le cuenta lo que le ha pasado y aunque echa una peste a gasolina -Los chicos malos le querían quemar vivo- que tira para atras ella se queda un poco mosca, pero como es más comprensiva que Constantino Romero, escurre el bulto como si no hubiera pasado nada y le anima a ayudar al garulo aquél para expiar su culpa.
Fin de la primera parte.
Director: Terry Gilliam
Duración: ¿Que mas da?
Año: Buf, no me fijé en el director..
Reparto (de juguetes): Jeff Bridges y Robin Williams. Y dos más.
Jeff Bridges es un locutor de radio revolucionario, se adelantó a su tiempo al menos diez años, porque ya el llevaba el look Pocholo Martinez Bordiú, el tipo era un borde, todo el que no llamaba para lamerle las pelotas se llevaba una carga dialectica brutal, hasta que un loco de la radio le llama y el tipo le ridiculiza, claro, el hombre que ya estaba loco de antes, le dan el ingrediente que le faltaba para entrar en una cafetería con una recortada y montar una escabechina, cuando Pocholo se entera, se le caen los mocos y deja la radio, para irse a vivir de ladilla con su novia que tiene un videoclú algo cutre, la novia es una hispana medio jamona -aunque la actriz es una americana hasta las orejas de rayos uva- que se pasea toda la pelicula enseñando unos escotes de infarto y le aguanta las chulerías a Bridges con una estoicidad que para sí la quisiera San Job -Aquel al que dios le hizo perrerías por echar el rato con el demonio- en fin, que el hombre vive algo deprimido y agresivo.
El torero Bidges, se corta su larga melena y ahora trata de emular a David Beckham -lo dicho, el director de peluquería, un revolucionario- y se pira de su casa para pillarse una borrachera de infarto, como el hombre es muy tenaz, lo consigue. En esas está el pobre con un ciego tremendo, sólo por las calles de Niu Yor y decide darse un bañito en el rio Hudson, pero como está pedal, en lugar de ponerse dos calabazas, se ata a los pies unos ladrillos de esos huecos de hormigón -que para el caso..- pero en ese momento, que tú esperas que venga alguien a salvarle -¿Por que no se suicida nadie nunca?- vienen los dos matapobres del día de la bestia en un Jeep, el muy tontopollas, que se supone que quiere adelantar su cita con la muerte, en lugar de saltar rapido se va para ellos a pedir clemencia, pero se ve que los chaveas son durillos de oido y empiezan a majarlo para hacer ali oli con el. En ese momento aparece Parry, no, no el del forito, otro que está aun peor de la cabeza y se cree que es Amadís de Gaula y se tira pa ellos vestido de harapiento y con su ejercito -cinco- de harapientos consiguen hacer retroceder a las fuerzas invasoras.
Todos los vagabundos están colgadisimos, se llevan a Jeff y hacen una fiesta al estilo de Asterix con unas escenas de ciego que parecían del maestro Oliver Stone.
Parry -Robin Williams- se lo lleva a su zulo, donde el muy colgado tiene un santuario hecho con basura, idolatra un par de libros, The Holy Bible y The Holy Grial, -a saber lo que quiere decir en español- el tipo le dice que él es el elegido -¿Es o no es revolucionaria?- que los enanitos rollizos flotantes se lo han dicho, Jeff, que ya está más sereno le dice -Claaaaro- e intenta pirarse, pero el gachó que es muy animoso no para de entretenerle, el tipo flipa y se pira como puede.
Ya en la puerta, se encuentra con un hombre calvo, -si, y negro, tenía que decirlo- que le dice que no le permite las visitas a Parry, que eso no es ningún refugio de vagabundos. Jeff Bridges le pregunta por el loco, y el tipo....el negro, le cuenta que era un tipo listo que enseñaba en la universidad y que un loco entró un día en una cafetería y se cargó a su mujé, se quedó catatuetanico una año y un día se levantó diciendo que veía enanitos rollizos flotantes -Ahí los dos ponen cara de: Claaaaro- entonces a Jeff se la cae un pestiño como la Alhambra al darse cuenta que por avatares del destino se ha ido a reunir en una noche de borrachera con una de las victimas del tiroteo, que el con sus fanfarronas palabras había provocado. -¿No tenemos un emoticon de OH?-
El elegido vuelve a casa, con la consiguiente bronca de su señora por venir a esas horas y de esa guisa, pero el que es todo un macho, se pasa sus quejas por el forro de los cojones. Él le cuenta lo que le ha pasado y aunque echa una peste a gasolina -Los chicos malos le querían quemar vivo- que tira para atras ella se queda un poco mosca, pero como es más comprensiva que Constantino Romero, escurre el bulto como si no hubiera pasado nada y le anima a ayudar al garulo aquél para expiar su culpa.
Fin de la primera parte.