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Cine español (II)

Publicado: 26 Feb 2004 11:09
por Blanquita
Columna publicada hoy en METRO Barcelona.

Enrique Arias Vega
"Desearía algo de coherencia en el cine español

Uno es un fan del cine español desde los tiempos prehistóricos de Benito Perojo, lo que ya es decir. Pero cada vez me cuesta más apasionarme, ni por nuestro cine ni por otras causas de mayor enjundia, en este tiempo de soflamas, en que las certezas son sustituidas por eslóganes, y los héroes del celuloide por pedigüeños en busca de subsidios.

Ya han pillado ustedes que me refiero a la entrega de los Goya, tan distinta del ceremonial glamouroso de los Oscar este 29 de febrero. Y es que uno, en su utopía, sigue viendo a los actores y a las actrices como paladines de causas difíciles y no como reiterados críticos de un Gobierno masoquista que además les subvenciona. Por eso, me decepciona que mis héroes de ficción se comporten como el elenco de una compañía escolar, y en cambio, no se jueguen la barba –o lo que sea-– oponiéndose frontalmente a unos terroristas que, amén de matar a sus conciudadanos, se han paseado impunemente en alguna ocasión por el mismísimo escenario del Festival de San Sebastián sin que ningún cineasta abriese la boca.

Nadie tiene la obligación de ser valiente, por supuesto. Pero tampoco los demás tenemos por qué sufragar con nuestros impuestos una filmografía que no interese. ¿O es que alguien se imagina a Quentin Tarantino, los hermanos Cohen, Stanley Tucci, los Farrelly... y tantos cineastas norteamericanos brillantes surgidos al margen de Hollywood pidiendo una limosna al Gobierno o exigiendo la exhibición de sus películas protegida por sedicentes cuotas de pantalla?

Cuando alguien quiere ser rabiosamente independiente, hace como Robert Redford y promociona a costa de su bolsillo el Festival Sundance. O como Woody Allen, más admirado en Europa que en Estados Unidos, quien crea su propia productora para financiar sus películas. Aquí, en cambio, en cuanto flaquea la taquilla, que es el caso actual, se hacen anuncios contra el cine norteamericano –que en su indiscriminada aceptación del talento ha dado cabida a varias generaciones de españoles, desde Edgard Neville y José López Rubio en los años 30, a los actuales Antonio Banderas y Penélope Cruz, pasando por los oscarizados Néstor Almendros y Gil Parrondo-- y se propugna una autarquía cinematográfica digna del antiguo régimen.

No pretendo hacer una crítica desmedida a un sector profesional en el que aún me quedan algunos –pocos– amigos. Sólo deseo hallar en él algo de coherencia. Entonces creeré que la falta de libertad de expresión es el primer problema de este país y no el terrorismo, el paro o el precio de la vivienda, pongamos por caso.

En otros países que uno no conoce de oídas, sino de sabidas, no hay más libertad de expresión que en éste. Tampoco más talento artístico, dicho sea de paso. Pero en aquellos lugares donde los artistas pueden expresarse libremente, como aquí, luego deben atenerse a lo manifestado, ser consecuentes con ello y apechugar con sus resultados, en vez de irse de copas a cuenta de quienes han criticado. Por eso, la petición de una hora gratuita en TVE para un spot contra el Gobierno, más que una idea ingeniosa me parece un sarcasmo. Posiblemente, también les gustaría obtenerla a los fontaneros, a los maestros o a los guardias de tráfico, pero a ellos, pobres, nadie les subvenciona.


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