Un poco sobrevalorada sí que está. Cuando salí del cine después de verla, oía comentarios a mi alrededor comparándola con El exorcista, vamos, que es verdad que destaca sobre la cantidad de mierda dentro del género que hacen últimamente, pero no se puede comparar. Quizá sea por la intención de acercarse más a los clichés efectistas de las pelis de terror que se hacían antes y alejarse de otras más recientes, tipo Saw (que curiosamente es del mismo director).
Yo la última que he visto es
La Caza, peli danesa premiada en el Festival de Cannes del año pasado.
La típica frase “algo huele a podrido en Dinamarca” no puede ser más acertada en esta película, crudísima. Es un drama social opresivo que te deja mal cuerpo, no sólo porque aborda el otro lado de la pederastia, sino porque se plasma lo que un supuesto llega a convertirse en rumor, y de rumor a odio enfermizo, hasta el punto de destruir la vida de una persona.
Un profesor de guardería, querido y amigo de todos, se convierte en objetivo del odio y desprecio de la comunidad donde vive, tras ser acusado falsamente de pederastia debido a los comentarios inocentes que hace una niña porque está enfadada con él.
Me gustó porque se aleja de actores y guion pésimos, tópicos y ambigüedades peliculeros de sobremesa en Antena 3 y se centra tanto en las personas escandalizadas y repugnadas, que señalan y agreden, como en el acosado, el giro que da su vida de repente, su rabia interior, y la violencia muchas veces contenida que satura todo el drama. Muy realista, llena de silencios incómodos y gran actuación del actor que hace de profesor, soportando estoicamente esos primeros planos de su cara en la que se puede ver todo tipo de emociones a medida que avanza la película: incredulidad, tristeza, dolor, miedo, rabia. El epílogo un poco ya forzado, pero bueno.
Mads Mikkelsen es un actor que no conocía, pero miraré visionar alguna otra cosa de él.