pH, más que hamor, frensi.

Y por cierto, no vamos a traer boyz para las niñas?

Juggernaut escribió:No pude más. Hize clic en esa ventana, y apareció una ventana típica del messenger. Me quedé por lo menos un cuarto de hora mirando aquella ventana vacía, que sabía que me conectaba a Él. Es un acto tremeno, de repente, darte cuenta que estás a punto de hablar con Dios. Saber que está a punto de recibir un mensaje tuyo. Al fin, me decidí.

Escribí: "Hombre! Hola!"

El resuultado no se hizo esperar. Ante mi, aparecieron, grandes, verdes, las palabras que recordaré toda mi vida. Yo notaba todo el camino. Imaginaba las neuronas de SU cerebro tomando las conexiones necesarias para encontrar SUS palabras, pasándolas a SUS nervios que llevaron las órdenes motrices a SUS músculos de SUS dedos, que pulsaron los botones de SU teclado, que a su vez provocaron pequeñas cosquillas en las entradas de la CPU de SU ordenador, y que provocaron varios eventos keypressed en SU sistema operativo, que traspasó a la ventana del messenger que tenía el foco, y que, con una pequeña pulsación de SU tecla ENTER, viajaron a través de su gateway a SU router, que después trasladó ese mensaje, en forma de paquetes de pequeñas perturbaciones sobre una corriente, al servidor de msn, y que al final, llegó a mi siguiendo el proceso inverso.

Mi cerebro tardó unos segundos en darse REALMENTE cuenta de que me había hablado. Me había hecho una pregunta.

"¿Quien eres?"

Yo no daba crédito a mis ojos. Me hablaba! Se comunicaba conmigo! Había conseguido llegar hasta él! No tardé en regocijarme por sentir que pronto la plenitud del contacto con mi divinidad particular me llenaría desde las orejas llenas de pelos hasta el negro de las uñas de los pies. Finalmente, contesté, notando cada movimiento de mis dedos, fluido y lento, como si me encontrara en la cima del éxtasis infinito:

"Soy jugger".

Y esperé. Y entonces ocurrió. El milagro se hizo. En ese momento, el cerebro de Nicotín discurrió con una celeridad asombrosa, y buscó el mejor modo de humillarme. Supuse que cerraría y me ignoraría. Cuan ingenuo, cuan joven soy todavía en el noble arte de la humillación. Y qué poco dominio. Si él cerrara la ventana, yo no me habría dado cuenta. Y él quería que yo supiera de su desprecio más absoluto por mi ínfima persona.

¿Qué método hay para hacerlo? Lo discurrió en un instante, y se decidió. Lo que yo observé, sin entender en ese momento (pero entendí después repasando hora tras hora los segundos de la interacción con tan formidable ser) fue que Nicotín agregó a la conversación a Curreta.

Enseguida me animé. Pensé: "Oh, Dios mío, ha convocado al consejo, me van a juzgar apto para sus planes, seas cuales sean!"

Y fue entonces cuando las palabras de Nicotín me calaron tan hondo como él esperaba. Dijo:

"Te dejo aquí con el idiota"

Y se fue.

Curreta enseguida me preguntó que qué pasaba. No podía contestar.
El mundo se hacía añicos a mi alrededor. Era una obra de arte dentro de las humillaciones más vejatorias! No era simplemente cerrar mi ventana y no admitirme. No. Era el rechazo más absoluto y definitivo, y además consiguiendo que me diera perfecta cuenta de ello.