Sueños
Publicado: 29 Dic 2017 00:31
Pues eso chavales, nos pasamos más de media vida soñando. A veces tenemos sueños increíbles, de ciencia ficción, otras veces son muy tontos y cotidianos, otras terroríficos, de los que te despiertas en la cama feliz de estar a salvo.
Por qué no compartir aquí esos sueños de los que seguro todavía, después de muchos años, os acordáis. O el que tuvisteis anoche sin ir más lejos. Sueños en los que a veces no eres más que un mero espectador de una pelicula, pero otras eres el prota. Sueños demasiado reales, como si estuvieras despierto en otra realidad, porque lo estás.
Abro hilo con el que tuve anoche, porque curiosamente me encanta contar mis sueños, y hoy no tuve a nadie a mano, o con la disposición suficiente para escucharlo. Y la verdad que ha sido un sueño bastante curioso pero pesado.
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Me voy de vacaciones con mi madre. Hace tiempo que no viajo con mi madre, muchos años, así que me parece muy agradable poder pasar con ella unos días.
Llegamos a una isla. Bueno, llegamos a una zona de costa pero yo sé que es una isla. Una playa hermosa de arena fina y agua azul verdosa. Todo brilla mucho bajo un sol sin nubes y para mi sopresa las olas son muy grandes, parece que el océano está muy agitado. Hay muchas casas de madera cerca de la playa. Esto podría ser Cuba, pienso.
También hay mucha gente en la playa y todos parecen estar muy felices, gozosos.
Yo estoy un poco angustiada porque he alquilado un coche para ir a la ciudad dónde en verdad vamos a pasar la noche y no quiero que se nos haga tarde. Mi madre me disuade para que nos metamos en el agua con la demás gente. Así lo hacemos y es todo muy divertido. Pero derrepente empieza a atardecer y la responsabilidad me baja y le pido que nos vayamos.
Ni conducir ni ostias, llegamos directamente al hotel que yo había alquilado. Todo más cutre de lo que me esperaba, pero bueno, estamos de vacaciones en Cuba, no?
Parece que la noche y el día se cofunden, como diría Dinio, pues al poco de llegar a la habitación ya nos vamos sin dormir a juntarnos con alguien.
Llegamos a una casa en un barrio que parece estar céntrico, en una ciudad muy gris. Tengo este conocimiento porque tengo una especie de visión de águila, y se trata de una ciudad en la que vive mucha gente, es muy grande, y las casas en su mayoría se ven como de cemento y ladrillo, así sin maquillar. La playa bonita y las olas ya quedan algo lejos.
Una familia de negros nos recibe. Parecen adinerados, visten pijo y la casa, que para mi sorpresa es de tipo colonial, se siente grande y muy bien cuidada, con muebles antiguos y patios internos con muchas plantas. Empiezo a sospechar que esto no es Cuba.
El padre es el único que desentona, va vestido con una túnica negra con bordados y mostazillas en las mangas, muy africano. Decido que esto es Haití. Y eso que no he estado nunca en Haití.
Nos recibe de una forma muy fría, y nos hace pasar a una sala llena de gente a la que nos unimos quedándo justo en el borde de lo que parece han hecho un círculo.
Empieza a hacer un ritual y casi nada más empezar toma a mi madre del brazo. Mi madre deja de ser mi madre, físicamente, y pasa a ser una persona random que jamás he visto en la vida. Es lo que ocurre muchas veces en los sueños.
Tira a esta persona al suelo y agarrándola por los brazos sigue hablando, chillando, no sé qué hace exactamente pero esta persona empieza a convulsionar.
Estoy muy sorprendida, y también aterrada, porque es como si la estuvieran matando, y eso que nunca he visto matar a una persona, pero si es como en los mataderos supongo que es igual. Así que me avalanzo encima de ella, es mi primera intención. Intento calmar los espásmos musculares con mi cuerpo. Su cara está muy cerca de la mía, casi mejilla con mejilla. Sólo veo su rostro deformandose de una forma horrorosa. Se está inflando de manera que le empiezan a salir rajas sangrantes, girones de piel y carne mechada, y los ojos se van afuera de las cuencas, o se meten para adentro, no sé, hasta el punto que ya no tiene ojos, sólo dos rugosidades sangrantes.
Grita mucho, de dolor, y yo sólo quiero parar esa mierda, es lo único que quiero. Cierro los ojos y veo negro, pero la lucha física está ahí, la siento. Sólo sé que no quiero ver eso, así que sigo con los ojos entornados, o cerrados, no lo sé, pero tan cerca de ella que siento su aliento caliente y el olor de la sangre y el terror. Podría despertar ahora, pero no, la mierda sigue. En esa oscuridad que me ciega pienso que lo que pasa es que está siendo poseída. Y yo que no soy católica, pero tampoco atéa, empiezo a gritarle a lo que sea que está haciendo eso que se vaya a tomar por culo, en el nombre de la luz, y no sé qué más, a grito pelado. Me siento exausta.
La persona random se levanta como si nada hubiera pasado, todo es normal en ella ahora, todo está en su sitio. Los presentes ni se inmutan y el brujo negro (o debería decir negro brujo) parece complacido, casi alegre, pero de una forma insultante.
Yo estoy muy indignada, así que empiezo a despotricar contra él, y le digo que no debería usar entidades malignas para hacer esas mierdas. Y me dirijo al baño, que casualmente hay una puerta al lado de la sala.
Mientras entro al baño me dice desde la sala algo así como "Y qué tú te crees que no usas entidades malignas, justo detrás tuyo tienes una que te va a seguir".
Eso me da un poco de miedo, pero entro en el baño igualmente, cierro la puerta y con temor miro el espejo enfrente mío, por si hay alguien detrás.
La bañera está llena de agua y hay dos carpas enormes en ella. Una blanca y otra naranja. Cuando intento poner la mano en el borde de la bañera, así como jugando con ellas, una intena morderme, o lo que sea que hagan los peces.
Vuelvo a la sala, ya relajada, y la hija del negro me está esperando para llevarme, o llevarnos, pues no sé dónde está mi madre pero parece que viene con nosotros, a visitar la ciudad.
Y ya enseguida despierto y no sé cómo sigue el sueño.
Por qué no compartir aquí esos sueños de los que seguro todavía, después de muchos años, os acordáis. O el que tuvisteis anoche sin ir más lejos. Sueños en los que a veces no eres más que un mero espectador de una pelicula, pero otras eres el prota. Sueños demasiado reales, como si estuvieras despierto en otra realidad, porque lo estás.
Abro hilo con el que tuve anoche, porque curiosamente me encanta contar mis sueños, y hoy no tuve a nadie a mano, o con la disposición suficiente para escucharlo. Y la verdad que ha sido un sueño bastante curioso pero pesado.
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Me voy de vacaciones con mi madre. Hace tiempo que no viajo con mi madre, muchos años, así que me parece muy agradable poder pasar con ella unos días.
Llegamos a una isla. Bueno, llegamos a una zona de costa pero yo sé que es una isla. Una playa hermosa de arena fina y agua azul verdosa. Todo brilla mucho bajo un sol sin nubes y para mi sopresa las olas son muy grandes, parece que el océano está muy agitado. Hay muchas casas de madera cerca de la playa. Esto podría ser Cuba, pienso.
También hay mucha gente en la playa y todos parecen estar muy felices, gozosos.
Yo estoy un poco angustiada porque he alquilado un coche para ir a la ciudad dónde en verdad vamos a pasar la noche y no quiero que se nos haga tarde. Mi madre me disuade para que nos metamos en el agua con la demás gente. Así lo hacemos y es todo muy divertido. Pero derrepente empieza a atardecer y la responsabilidad me baja y le pido que nos vayamos.
Ni conducir ni ostias, llegamos directamente al hotel que yo había alquilado. Todo más cutre de lo que me esperaba, pero bueno, estamos de vacaciones en Cuba, no?
Parece que la noche y el día se cofunden, como diría Dinio, pues al poco de llegar a la habitación ya nos vamos sin dormir a juntarnos con alguien.
Llegamos a una casa en un barrio que parece estar céntrico, en una ciudad muy gris. Tengo este conocimiento porque tengo una especie de visión de águila, y se trata de una ciudad en la que vive mucha gente, es muy grande, y las casas en su mayoría se ven como de cemento y ladrillo, así sin maquillar. La playa bonita y las olas ya quedan algo lejos.
Una familia de negros nos recibe. Parecen adinerados, visten pijo y la casa, que para mi sorpresa es de tipo colonial, se siente grande y muy bien cuidada, con muebles antiguos y patios internos con muchas plantas. Empiezo a sospechar que esto no es Cuba.
El padre es el único que desentona, va vestido con una túnica negra con bordados y mostazillas en las mangas, muy africano. Decido que esto es Haití. Y eso que no he estado nunca en Haití.
Nos recibe de una forma muy fría, y nos hace pasar a una sala llena de gente a la que nos unimos quedándo justo en el borde de lo que parece han hecho un círculo.
Empieza a hacer un ritual y casi nada más empezar toma a mi madre del brazo. Mi madre deja de ser mi madre, físicamente, y pasa a ser una persona random que jamás he visto en la vida. Es lo que ocurre muchas veces en los sueños.
Tira a esta persona al suelo y agarrándola por los brazos sigue hablando, chillando, no sé qué hace exactamente pero esta persona empieza a convulsionar.
Estoy muy sorprendida, y también aterrada, porque es como si la estuvieran matando, y eso que nunca he visto matar a una persona, pero si es como en los mataderos supongo que es igual. Así que me avalanzo encima de ella, es mi primera intención. Intento calmar los espásmos musculares con mi cuerpo. Su cara está muy cerca de la mía, casi mejilla con mejilla. Sólo veo su rostro deformandose de una forma horrorosa. Se está inflando de manera que le empiezan a salir rajas sangrantes, girones de piel y carne mechada, y los ojos se van afuera de las cuencas, o se meten para adentro, no sé, hasta el punto que ya no tiene ojos, sólo dos rugosidades sangrantes.
Grita mucho, de dolor, y yo sólo quiero parar esa mierda, es lo único que quiero. Cierro los ojos y veo negro, pero la lucha física está ahí, la siento. Sólo sé que no quiero ver eso, así que sigo con los ojos entornados, o cerrados, no lo sé, pero tan cerca de ella que siento su aliento caliente y el olor de la sangre y el terror. Podría despertar ahora, pero no, la mierda sigue. En esa oscuridad que me ciega pienso que lo que pasa es que está siendo poseída. Y yo que no soy católica, pero tampoco atéa, empiezo a gritarle a lo que sea que está haciendo eso que se vaya a tomar por culo, en el nombre de la luz, y no sé qué más, a grito pelado. Me siento exausta.
La persona random se levanta como si nada hubiera pasado, todo es normal en ella ahora, todo está en su sitio. Los presentes ni se inmutan y el brujo negro (o debería decir negro brujo) parece complacido, casi alegre, pero de una forma insultante.
Yo estoy muy indignada, así que empiezo a despotricar contra él, y le digo que no debería usar entidades malignas para hacer esas mierdas. Y me dirijo al baño, que casualmente hay una puerta al lado de la sala.
Mientras entro al baño me dice desde la sala algo así como "Y qué tú te crees que no usas entidades malignas, justo detrás tuyo tienes una que te va a seguir".
Eso me da un poco de miedo, pero entro en el baño igualmente, cierro la puerta y con temor miro el espejo enfrente mío, por si hay alguien detrás.
La bañera está llena de agua y hay dos carpas enormes en ella. Una blanca y otra naranja. Cuando intento poner la mano en el borde de la bañera, así como jugando con ellas, una intena morderme, o lo que sea que hagan los peces.
Vuelvo a la sala, ya relajada, y la hija del negro me está esperando para llevarme, o llevarnos, pues no sé dónde está mi madre pero parece que viene con nosotros, a visitar la ciudad.
Y ya enseguida despierto y no sé cómo sigue el sueño.