-Trilogía de la ocupación. Patrick Modiano.
El señor Modiano es nada menos que Premio Nobel de literatura, pero desde luego que tiene que serlo por lo que haya escrito después de este truño ilegible. En su descargo decir que esto lo escribió con 19 años, y a esa edad uno todavía piensa en culos y tetas y poco más.
Yo siempre me he enorgullecido (y no sé si hay verdaderos motivos para ello si lo pienso detenidamente) de terminar de leer cualquier cosa que tenga entre manos por denso o malo que sea. Con este libro no pude.
Un 1.
-Acoso. Michael Chrichton.
Lo leí por ánimo completista con el tito Chrichton, que buenas horas de diversión y entretenimiento monguer me ha dado. Pero, al igual que la película, es mediocre y no merece la pena perder el tiempo. Un 4. Estoy mayor.
-La chica del tren. Paula Hawkins.
Best-seller que lo petó el año pasado acerca de una chica deprimida que se obsesiona con la feliz pareja que vive ahora en el mismo piso en el que hasta hace poco tiempo vivían ella y su ex-marido. Thriller para gente bastante poco exigente. Se lee con rapidez y tiene momentos con aire bastante malsano.
Un 5.
-Nocilla dream. Agustín Fernandez Mallo.
Gafapastada en forma de microrelatos. Hay un 10% bueno. El resto es caca. Un 6 porque es cortico y no molesta.
-El gabinete del alquimista muerto. Carlos Poveda.
Libro de estructura clásica de asesinato y varios sospechosos que un policía ayudado de una noble francesa y su sobrino (un negro caribeño bastante golfo) deberán resolver en el París de primeros de siglo XX.
Entretenido y con mucho sentido del humor. Sin ser una maravilla, al final no descubrí al asesino. Un 6. Para los fans del género.
-La caída de los gigantes y El invierno del mundo. Ken Follett.
Meh. Otro 6. No tengo demasiadas ganas de leer el tercero, la verdad. Tiene momentos notables combinados con una mayoría de momentos que rozan un poco la vergüenza ajena. Son entretenidos, eso sí. Pero también son muy, muy blanditos. La vejez va limando las uñas a Follett.
-Un lugar llamado libertad. Ken Follet.
Y un buen ejemplo es éste. Narrando la historia de un minero galés en el siglo XVIII, aquí nos encontramos a un Follett que si bien escribe una obra menor, desde luego lo hace con bastante más pasión y acidez.
Un 7. El final es cacota, pero se lee como un tiro.
-Abrir en caso de Apocalipsis. Lewis Dartnell.
La idea es cojonuda: un manual para abrir cuando la civilización se haya ido a tomar por culo y queremos reiniciarla perdiendo la menor cantidad de tiempo posible.
Funciona francamente bien en sus primeros compases, cuando el libro es más teórico que práctico. Tiene una lectura bastante interesante incluso a nivel filosófico, y para los amantes de todo lo postapocalíptico, es un libro que hay que tener sí o sí. Como libro práctico ya pierde, para mí (que soy cero manitas), más el interés.
Pese a todo, recomendable y muy interesante, manque eché de menos más sentido del humor.
Si este libro lo lee Golondrino la civilización se reinicia un 15% más rápido.
Un 7.
-La Segunda Guerra Mundial contada para escépticos y Historia de España contada para escépticos. Juan Eslava Galán.
Bueno, pues otros dos más de nuestro historiador de cabecera. Como ya casi todos le conocemos tampoco me voy a extender. Te gustará si te gusta él como escritor y polemista: mucho sentido del humor, resumen muy muy ligero de los acontecimientos. Más divertido que provechoso habiendo como hay otros historiadores cien veces más detallistas. En fin, es Eslava Galán, con lo bueno y con lo malo. Un 7.
-El retrato de Dorian Gray. Oscar Wilde.
Clásico que hay que leer al menos una vez en la vida para alucinar con lo bien que escribía Wilde y con las pelotas que tuvo al crear esta obra cuando lo hizo. Un 7,5. Un tipo siempre a reivindicar.
-La luz que no puedes ver. Anthony Doerr.
Otro best-seller del año pasado, éste encima Premio Pulitzer de novela. La verdad es que está muy bien, manque el tema esté más que trillado: de nuevo, la Segunda Guerra Mundial, esta vez en el marco de los últimos días de dominio nazi sobre un precioso pueblecito francés. Filtrado todo ello por los ojos de dos personajes: una niña ciega, y un chaval del ejército alemán que es un genio de la mecánica.
Bonito y triste a partes iguales. Para regalár a vuestras madres y hacerlas llorar a moco tendido. Un 7.5.
-La princesa prometida. William Goldman.
Poca sorpresa encontrareis los que hayais visto la película. Como dijo Yonga, es casi más divertido toda la historia en la que el autor sale de la historia de Buttercup y nos habla de sus miserias personales. Un clásico que hay que leer sí o sí y que es original, hermoso y divertido hasta decir basta. Un 8.
-El caballero de los Siete Reinos. Gordaco Martin.
Lo mejor que ha escrito desde Tormenta de Espadas, de lejos además. Qué bien le sienta aflojar toda esa marabunta de personajes, tramas, subtramas y hostias en vinagre, y contar una historia sencilla de aventuras, amistad y valor al estilo más clásico y mejor del género de los ochenta.
Absolutamente recomendable, y además con ciertos guiños a Juego de Tronos para los más atentos*.
Un 8 Gozé como hacía años que no hacía con la saga.
-Cero cero cero. Roberto Sabiano.
Aquí ya empezamos con los serious business.
Brutal, completísimo, escalofriante y muy muy certero relato del poder de la droga (en concreto la cocaína) en el entramado socio-político-económico mundial. Funciona como ensayo, como estudio profundo del problema y como historia de los cárteles y mafias, así como de sus funcionamientos y estrategias para controlarlo todo hasta niveles que dan mucho miedo.
Colombia, México, Italia, EEUU, los Zetas, la Dea, el Chapo, la Barbie, la 'ndrangheta.... todo contado con un estilo inmejorable por un tipo que a cada libro que saca me causa más admiración. Tras leer el libro además uno no puede más que estar de acuerdo con la opinión del escritor acerca de cuál sería la única solución al problema:
Un día Sabiano aparecerá muerto a tiros (y espero que no torturado) en cualquier lugar. O simplemente desaparecerá. Ese día habremos perdido a uno de los narradores más valientes y necesarios que tenemos hoy en día.
Un 9.
-Perfidia y L.A. Confidential. James Elroy.
Dos obras maestras. Que entre las dos haya un espacio de 24 años sólo habla, y para bien, de lo jodidamente grande que es este escritor.
Ojo, no es para todo el mundo. Comprendo que haya gente a la que se le atragante el epatante torrente de información, referencias eruditas de la época, personajes, subtramas y hostias que el tipo mete en todas las páginas, pero si entras en el juego, gozarás como un perro.
No puedo decir si uno me ha gustado más que el otro. Sólo sé que ahora ando en busca y captura de todo lo que ha publicado para leerlo en orden (o todo el orden del que sea capaz a partir de ahora) y seguir en este mundo de drogas, polis corruptísimos, mujeres fatales, comida china, traiciones, música jazz y el hollywood más chungo que nadie se atrevió a imaginar.
Obligatorios. Un 9,5.
-Una breve historia de casi todo. Bill Bryson.
Y como prácticamente todos lo habeis leído, tampoco me alargaré demasiado.
Obra maestra de la divulgación científica como nunca antes me había encontrado. Un libro fascinante, divertido y admirable por la forma que tiene de explicar lo imposible de forma asequible.
Una maravilla que me ha hecho muy feliz y que releeré cada cierto tiempo.
Un 10.