Afectos secundarios
- PrimeroDerecha
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Re: Afectos secundarios
Coño, Mayhem, ha sido la cosa más bonica que me han dicho desde que ingresé en prisión.
No todo va a ser follar
- LunaOskura
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- PrimeroDerecha
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Re:
LunaOskura escribió:Yo sólo pasaba por aquí porque he puesto a buscar "luna", a ver si alguien me mentaba. Han escrito "lunares". Falsa alarma.
Lo de Julio Verne es realmente ingenioso.
Hola Don Jaimen.
Judio Verne
No todo va a ser follar
- LunaOskura
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Re: Re:
PrimeroDerecha escribió:
Judio Verne
Judío.
Con tilde. Ahí, donde duele, primico.
Sinceramente, querida, me importa un bledo.
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Re: Afectos secundarios
Venga, que hoy tengo el dia dos por uno: te perdono.
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- LunaOskura
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Re: Afectos secundarios
PrimeroDerecha escribió:sábanas blancas
Cada vez que leo, u oigo, "sábanas blancas", noséporqué, no puedo evitar el recordar el fragmento de un poema de José Asunción Silva que me encanta:
Nocturno III
Sentí frío, era el frío que tenían en tu alcoba
Tus mejillas y tus sienes, y tus manos adoradas,
Entre las blancuras níveas
De las mortuorias sábanas
Era el frío del sepulcro, era el frío de la muerte
Era el frío de la nada...
Sinceramente, querida, me importa un bledo.
- PrimeroDerecha
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Re: Afectos secundarios
Al leer tu cita me he acordado de este poema de García Montero.
Impertinencias
En la mesa de al lado,
un jardín de señoras en domingo
abonadas al orden del murmullo
y del té con limón,
en un café de invierno por la tarde.
Se quejan de los tiempos, beben, fuman,
discuten sus secretos, asienten con sonrisas...
y de pronto se paran a mirarte.
Despreocupada cuentas
- y en el local tu voz es como el sable
que hiere al enemigo -
una historia de cama con detalles expertos,
una manera de sentir la vida
que penetra y disuelve
la luz de iglesia,
la humillación del frío en las rodillas,
los cajones cerrados y las fotos de boda.
Cierto tipo de gente
sufre de los inviernos en los ojos,
conoce las heladas
que pasan por debajo de una puerta,
una puerta de alcoba,
allí donde la noche siempre tiene
olor de espera inútil,
y después de la espera se aceptan las mentiras,
y después el silencio.
Nada dejan los años en la mesa de al lado,
sino un murmullo que envejece y una sombra
que cruza por los labios como una cicatriz,
un rencor en la piel de la conciencia.
Tu voz es alta y joven,
va vestida de fiesta y cuando se desnuda
hace que el sol de invierno, conmovido,
se detenga un instante para apoyar la frente
sobre los ventanales del café.
Impertinencias
En la mesa de al lado,
un jardín de señoras en domingo
abonadas al orden del murmullo
y del té con limón,
en un café de invierno por la tarde.
Se quejan de los tiempos, beben, fuman,
discuten sus secretos, asienten con sonrisas...
y de pronto se paran a mirarte.
Despreocupada cuentas
- y en el local tu voz es como el sable
que hiere al enemigo -
una historia de cama con detalles expertos,
una manera de sentir la vida
que penetra y disuelve
la luz de iglesia,
la humillación del frío en las rodillas,
los cajones cerrados y las fotos de boda.
Cierto tipo de gente
sufre de los inviernos en los ojos,
conoce las heladas
que pasan por debajo de una puerta,
una puerta de alcoba,
allí donde la noche siempre tiene
olor de espera inútil,
y después de la espera se aceptan las mentiras,
y después el silencio.
Nada dejan los años en la mesa de al lado,
sino un murmullo que envejece y una sombra
que cruza por los labios como una cicatriz,
un rencor en la piel de la conciencia.
Tu voz es alta y joven,
va vestida de fiesta y cuando se desnuda
hace que el sol de invierno, conmovido,
se detenga un instante para apoyar la frente
sobre los ventanales del café.
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- LunaOskura
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Está bien, primico, aunque a mí me gustan más los poemas fúnebres, tipo Baudelaire, no lo puedo remediar.
El Muerto Alegre
En una tierra fértil, llena de caracoles,
quiero cavar yo mismo una fosa profunda,
donde a mi gusto pueda meter mis viejos huesos
y dormir en el olvido cual tiburón en las olas.
Odio los testamentos y odio las sepulturas;
antes de suplicar una lágrima al mundo,
preferiría, vivo, invitar a los cuervos
a ensangrentar sus picos en mi inmunda osamenta.
¡Oh gusanos!, oscuros compañeros silenciosos y ciegos,
ved que viene a vosotros un muerto libre y gozoso;
libertinos filósofos, hijos de la carroña,
pasad sin escrúpulos a través de mi ruina,
y decidme si todavía le falta una tortura a este viejo
Cuerpo sin alma y muerto entre muertos
El Muerto Alegre
En una tierra fértil, llena de caracoles,
quiero cavar yo mismo una fosa profunda,
donde a mi gusto pueda meter mis viejos huesos
y dormir en el olvido cual tiburón en las olas.
Odio los testamentos y odio las sepulturas;
antes de suplicar una lágrima al mundo,
preferiría, vivo, invitar a los cuervos
a ensangrentar sus picos en mi inmunda osamenta.
¡Oh gusanos!, oscuros compañeros silenciosos y ciegos,
ved que viene a vosotros un muerto libre y gozoso;
libertinos filósofos, hijos de la carroña,
pasad sin escrúpulos a través de mi ruina,
y decidme si todavía le falta una tortura a este viejo
Cuerpo sin alma y muerto entre muertos
Sinceramente, querida, me importa un bledo.
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Re: Afectos secundarios
El de García Montero era un cascabel de alegre, vamos....
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Re: Afectos secundarios
[youtube]Jk15h9Lh-GI[/youtube]LunaOskura escribió:Cada vez que leo, u oigo, "sábanas blancas", noséporqué, no puedo evitar el recordar el fragmento de un poema de José Asunción Silva que me encanta:
Yo es que tengo la mente sucia. Tanto o más que el alma, que ya es decir.
Desou desu.