[quote author=ENNAS como usuario. link=topic=14687.msg1332925#msg1332925 date=1396196936]
A ver como lo explico. No es que el libro no merezca la pena, algo se aprende, algo se aprecia, pero no es ni de lejos La Gran Novela Americana[sup]tm[/sup] que prentenden vender. Ni siquiera una buena novela. Por eso os paso los dos enlaces porque cuando terminé el pdf en español me quedé desilusionado pensado si éso era todo y cargándole la responsabilidad de mi decepción al transcriptor por creer que estaba incompleto. La culpa es del autor, la novela no da más de sí también en inglés.
http://www.ecoosfera.com/wp-content/ima ... finita.pdfhttp://nkelber.com/engl295/wp-content/u ... t-v2.0.pdfDigamos que es consenso de los críticos que La Gran Novela Americana[sup]tm[/sup], a piñón fijo, verse sobre las pequeñas miserias de una familia en lo que se hace una mordaz y caústica revisión de la sociedad y cultura estadounidenses. Sarta de lugares comunes, ya veremos que opina el propio Wallace sobre éllos, que si lo pensáis, nos dice que La Gran Novela Americana[sup]tm[/sup] no es más que un episodio extendido de "Los Simpsons". Y por seguir el símil televisivo, "La broma infinita", la broma pesada más bien, es un episodio de "Los Simpsons" escrito por los guionistas de "Perdidos".
Añadiré que los expertos que alaban la obra recomiendan para entenderla en toda su plenitud leerse asímismo los libros que han dedicado a la antedicha. Negocio editorial completo, hay que comprarse la obra abtrusa, que no compleja, y los estudios dedicados a analizarla. Y yo me pregunto y os pregunto ¿para entender El Quijote me tengo que comprar otros libros dedicados a estudiarlo? Y quien dice El Quijote dice La Iliada, Hamlet, Guerra y Paz...
Escríboos este anacoluto/solecismo en mi periodo postprandial etanol-escoto-máltico y bitumenicotínico, cefaloctópodos desAEIOU (Arraigados, Estabilizados, Integrados, Orientados, Ubicados).
Ese párrafo anterior es muestra cabal de la manera de escribir de David Foster Wallace; para explicarlo a la pata llana, compuse esa incongrüencia sintáctica en plena sobremesa con mis güisquecitos y mis cigarritos, que andáis como pulpos en garaje ¡Y me llevó menos de cinco segundos! Entenderéis que para escribir como DFW no es necesario dos licenciaturas, ni padres intelectuales, ni una depresión crónica, ni una sensibilidad especial. Basta con ser un pedantuelo engreído con ganas de epatar.
Pero al igual que "Perdidos" y conste que la novela se publicó en 1996, encontraréis numerosos fans cantando la milonga de que la clave está en la página 223. No es más que una línea de tiempo que no resuelve nada, pues por las interacciones de los personajes la acción bien puede transcurrir en 2009 -la fecha más aceptada- como en 2004, 2008, 2011 ó 2015.
Insiste el club de fans en centrarse en la trama política, que el propio autor sólo esboza entre alucinaciones y presencias fantasmales. Y se preguntaba retóricamente Wallace qué es posmodernismo... Pues posmodernismo eres tú, que mezclas un lenguaje muy técnico a la hora de rellenar páginas como si te pagaran al peso con un tratado de farmacopéa parda, con una fuerte apuesta por el espiritismo.
Todo saber es útil para rellenar crucigramas, lástima que en los crucigramas no esté la verdad. Y que la sabiduría consista en saber discriminar informaciones y no en acumularlas sin ton ni son como afectado por un complejo de Diógenes.
El miniargumento político no es que sea naïf, ni banal, ni ingenuo. No. Es que es infantiloide, un grupo de adolescentes colgados en pleno macrobotellón te elaboran una guasa por el estilo. Es penoso, mal planteado, peor desarrollado y ni siquiera resuelto. Defender semejante ejercicio de inmadurez no puede por menos que llevar, si se quiere ser consecuente, a tolerar mal que nos pese "crepúsculos" "juegos del hambre" y "sombras de Grey". A lo mejor por eso a David Foster Wallace se le considera un adelantado, por habernos mostrado, sin pretenderlo, el declive hacia el erial cultural que es el siglo XXI.
Tiene momentos lúcidos y brillantes como cuando describe a los extenuados adolescentes de la escuela de tenis en las duchas, quejándose de que el entreno intensivo les lleva a lesiones crónicas antes incluso de ser profesionales (un saludo a Rafa Nadal, el que se chuta en plena pista central), ese diálogo casi teatral de "agotado, agotado, agotado". Y otros en que muestra la cantidad de mierda en forma de relajantes musculares que se meten los deportistas, y las mil y una maneras de trampear un control antidoping, si bien lo presenta como iniciativa propia de los chavales, y sólo insinúa que es posible que los adultos dirigentes de la escuelita no sólo estén al tanto sino que fomenten de modo directo e indirecto el dopaje entre sus pupilos. Una cobardía tal y como hoy sabemos del dopaje de equipo.
No menos impresionante es su descripción de las asociaciones antiadicción. Se detecta en ellas unas ganas de ser sincero y honesto, de dejarse de fatuos ejercicios de estilo y de bromitas de sociedad para marisabidillos. Y por eso es más demoledor en el ánimo del lector. Estas asociaciones se basan en que los tópicos funcionan y por muy risibles y ridículos que te parezcan, lo mejor para tí es que los asumas, que los interiorices, que los hagas tuyos. "No pienses, actúa" (nefando dicto) sólo que acá actuar significa someterte al sistema sin cuestionarlo. En un ejercico de individualismo exacerbado, este tipo que según los papanatas ofrece una crítica feroz a la sociedad, te dice que si te sientes a disgusto en el mundo el problema no es la sociedad, eres tú que no te acomodas a élla. EL SISTEMA FUNCIONA, tú no. Os recuerdo que el libro se publicó en 1996. Pero decidme sinceramente, acá ahora, España 2014, ¿se puede defender semejante sandez ante los atropellos de la oligarquía?
En fin, leéroslo, que yo a nadie quito; comparemos nuestras lecturas, que quizá me lo esté tomando por la tremenda vista la deriva de la sociedad, prefigurada en la propia obra para mi disgusto, puede que sea esa la grandeza que yo no quiero admitir en "La broma infinita".
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